Nuestra experiencia con el pienso compuesto y por qué no lo recomendamos

Somos lo que comemos. Cuántas veces no habremos escuchado esta frase. Y sin embargo, cada vez es más ignorada y los alimentos que nos llevamos a la boca son de peor calidad.

Parte de la culpa de que esto suceda es nuestra, sin duda. En la actualidad podemos acceder, con más facilidad que nunca, a información y a divulgadores especializados en la materia que nos ayuden a conocer pautas correctas de alimentación con el fin de lograr una salud óptima.

Pero también es cierto que la industria alimentaria, siendo una de las más importantes y que más millones mueven en el mundo, no nos lo pone nada fácil. Utiliza todo su poder para que comamos como ellos quieren que lo hagamos, y como bien estarás pensando, no es de la forma más saludable, sino de la manera más rentable aunque con ello, de forma cada vez más evidente, estamos convirtiéndonos en enfermos crónicos.

Solo hay que mirar los índices de sobrepeso y obesidad a nivel mundial para darse cuenta de qué algo no está funcionando bien. La mala alimentación y el aumento del sedentarismo, dos problemas que se retroalimentan el uno al otro, son los principales causantes del deterioro de nuestra salud.

Esto mismo sucede con la industria encargada de alimentar a nuestros perros o gatos. No nos proporcionan el conocimiento y el producto necesario para cuidar la salud de nuestros perros, sino que nos venden un alimento de dudosa calidad como el más adecuado para su dieta.

Hay un marketing muy eficiente detrás de cada marca de pienso para convencernos y lograr que esta sea la forma de alimentar a nuestros animales, y que lo veamos como la mejor y la más natural. Hasta tal punto lo han conseguido, que prácticamente todo el mundo piensa que es mejor nutrirlos a base de bolas secas que con comida natural.

Por supuesto, como mencionamos antes, parte de la culpa de que esta circunstancia se dé es nuestra. Quizá por  no investigar y preocuparnos lo suficiente o por recurrir a la forma más cómoda.

¿Cómo ha sido nuestra experiencia con Coco y Manchitas?

Antes de saber todo lo que sabemos ahora, durante aproximadamente 2 meses, les alimentamos con pienso. Buscamos que fuera de la máxima calidad, pero no dejaba de ser pienso.

Lo primero que nos llevó a comenzar a buscar información y a cuestionarnos si era un buen alimento, fue el hecho de que a pesar de darles la cantidad que les correspondía, sus deposiciones eran enormes, prácticamente todo lo que comían lo expulsaban, y eso es una señal de que el alimento ingerido tiene pocos nutrientes. Además, se añadía el problema de pequeñas diarreas que aparecían de forma bastante regular.

Como primera solución buscamos alimentos para perros que fueran más naturales, y así fue como dimos con una marca de comida deshidratada. Tenían diversas recetas y la forma de preparación era sencilla: se le añadía agua, se removía 1 minuto y se dejaba reposar 5 minutos.

De esta manera ya comenzamos a ver cambios. Sus heces disminuyeron, las diarreas eran muy esporádicas, y también notamos que comían con más ganas, advertimos enseguida que les gustaba bastante más que las bolas secas.

La cosa iba mejor, pero seguimos leyendo e investigando. Lo que nos llevó a conocer la dieta BARF, que es una dieta compuesta al 100% de alimentos naturales y en su mayoría crudos.

Dado que no había mucha diferencia de precio respecto a la comida deshidratada, tan solo un poco más de inversión de tiempo en la preparación, nos decidimos a probarla siguiendo las pautas de un veterinario especializado en nutrición.

¿Qué fue lo que ocurrió?

Aquí el cambio ya fue espectacular. Sus caquitas se redujeron a la mitad, las diarreas desaparecieron, y, sobre todo, la felicidad a la hora de comer. Llegan a ese momento muy contentos y con muchas ganas, ¡y relamen el plato hasta dejarlo reluciente!

Al fin y al cabo, todo esto que estamos contando es de sentido común. Pensemos en nosotros mismos. ¿Seríamos igual de felices comiendo alimentos secos precocinados toda la vida? ¿Podríamos llegar a nuestro mejor nivel de salud y de rendimiento con dichos alimentos? La respuesta está clara, no. ¿Y por qué nuestros perros van a ser diferentes?

Nos encanta verles disfrutar de un buen plato de comida después de un duro entrenamiento. Consideramos que no sería justo por nuestra parte, después de toda la caña que les damos y lo bien que responden, el no ofrecerles nutrientes de la máxima calidad para ayudarles a recuperarse, para cuidar su salud todo lo posible, y para que ese momento también sea de disfrute para ellos al igual que lo es para nosotros.

Por lo que nuestro consejo es que, si alimentas a tu perrito con pienso, lee, investiga, pregunta a un veterinario especialista en este tipo de nutrición (¡ojo!, muchos veterinarios no lo son en alimentación y simplemente repiten los mensajes y la información que difunden las marcas) y, ante todo, trata de empatizar con tu mejor amigo y dale la oportunidad de disfrutar de la comida de verdad.

Te vamos a recomendar un blog de un veterinario especialista en nutrición donde encontrarás artículos muy interesantes, así como su canal de YouTube:

5 beneficios de la dieta natural: